Muchas personas creen que en este proceso se pierden ciertas propiedades. Para desterrar este mito es importante conocer los factores que inciden en este fenómeno.
El factor más conocido es la temperatura; cuando la misma ronda los 14° C, el proceso de cristalización se efectúa rápidamente. Por debajo o por encima de esta temperatura se enlentece.
Por otro lado, la humedad juega un rol importante. A mayor humedad, menor es la cristalización pero también mayor la tendencia a fermentar.
Existen otros factores menos conocidos que inciden en la cristalización como la concentración de glucosa y los núcleos de solidificación.
En cuanto a la glucosa, a mayor concentración, más rápida es su solidificación.
Las mieles que contienen por encima de 28-30% de glucosa se cristalizan en menor tiempo. Es importante saber que su porcentaje dependerá de la flor de la que fue obtenido el néctar
La presencia de pequeños cristales no disueltos, polen, partículas de cera y burbujas de aire, actúan como núcleos iniciadores de nuevos procesos de cristalización.
Cabe destacar que el agregado de sustacias como la fructosa, ocasiona que la miel no se solidifique.
A través de la trazabilidad, se registra y documenta cada etapa del proceso, lo que ayuda a identificar y solucionar problemas, asegurar la calidad y transparencia en toda la cadena de producción. Es por eso que podemos ver impreso en las tapas el lote que nos lleva a la procedencia de la miel de ese frasco y la fecha de envasado.
Contamos con apiarios distribuidos en el sur de la provincia de Santa Fe y norte de Buenos Aires brindándonos una variedad de mieles de sabor suave. La floración que prevalece en nuestros apiarios son de pasturas como alfalfa, trébol, melilotus, lotus que son destinadas a la producción ganadera; cardos, especies autóctonas; y en algunos casos tenemos apiarios cercanos a ejidos urbanos lo que nos brinda una variedad de néctares provenientes de los árboles de los pueblos.
Si indefectiblemente se desea consumir miel que líquida pero que ya cristalizó, no la exponga a más de 50°C para aprovechar al máximo todas las virtudes de este noble producto.
La exposición a las altas temperaturas ocasionará un producto con menor valor nutricional y diversos cambios como son la pérdida de flavonoides provistos pore estos de propóleos y polen que le confieren las características antioxidantes y antimicrobianas.
Además, se destruirán las vitaminas aportadas por los granos de polen, habrá cambios en el color, pérdida de algunas sustancias aromáticas y formación de Hidroximetilfurfural (HMF). El HMF en altos niveles puede tener algún grado de toxicidad y es el principal indicador de la vejez de la miel, cuya formación se acelera con la exposición al calor.